Hace tiempo que las estrellas del rock han dejado de hacer de todo por parecer diferentes. El vestir diferente y hacer excentricidades tenía un sentido mucho más grave y profundo de lo que mucha gente se cree. Estaban rompiendo tabúes y estaban mostrando su identidad completamente opuesta a los cánones establecidos. Hoy no tiene sentido. Hoy menos que nunca el hábito no hace al monje y de hecho lo más socialmente aceptable y promocionado por multinacionales encima de un escenario son auténticos guiñapos en los que hacer el gilipollas es un mero espectáculo friki que no ofende a nadie, no cambia nada y no tiene otra función que hacer de titiriteros de la masa. Estoy hablando de Lady Kaka, por ejemplo. Clap Your Hands Say Yeah demuestran que para llamar la atención no hace falta hacer el gilipollas, sino en pleno siglo XXI hacer música verdaderamente original que siga gustando a los que crecimos con lo que heredamos de los viejos monstruos del rock.
Su nombre evoca a excentricidad (“Aplaude y di si!”, o algo así…), pero no son excéntricos. Son de lo más normal. Los ves en entrevistas, en concierto, leer sobre ellos… y son normales. Bueno, no. Son buenos artistas que de forma inteligente y manteniendo su independencia gracias a la promoción de su música a través de internet (estos sí que son “indies”) han conseguido ser un grupo consagrado y admirado por su capacidad de hacer algo nuevo. A pesar de la influencia reconocida de Talking Heads,a mí para bien o para mal, me parecen auténticos y muy originales. Cuesta aguantar ese tono de falsete nasal con gallos incluídos de Alec Ounsworth (también costó con Supertramp) y cuesta adaptarse a un ritmo que tiene de todo menos clásico. La primera vez que casualmente enredando en la red escuché "The Skin Of My Yellow Country Teeth" pensé que era otra canción gafapastera que además era incómoda de seguir. No sé por qué con ese prejuicio volví a escucharla, esta vez entera, y por suerte mis prejuicios se caen muertos al suelo cuando la música me hace sentir. No serán fáciles, pero son buenos, y este tema, una de sus banderas, atrapa conforme suena. Desde que los rincones marginados de Manhattan han caído en manos de la especulación inmobilaria y han muertos los locales underground donde ha nacido parte de la cultura occidental, Brooklyn es el nuevo lugar de Nueva York donde se cocina de lo más interesante que se esté haciendo en el mundo del arte. De allí son la mayor parte de los integrantes de esta banda.
Han sacado disco estos días, titulado “Hysterical” (septiembre, 2011), y aún no lo he escuchado, tan sólo los singles “Same Mistake” y “Maniac”, canciones más conservadoras (aunque vitalistas, quizá más “vendibles”) que su primer disco homónimo (2005) al que pertenece “The Skin Of My Yellow Country Teeth”. Ante el temor de que no superen su disco debut prefiero recordar aquí este temazo que me abrió las orejas a Clap Your Hands Say Yeah. Poco importa que no termine de entender la letra; ¿refleja un viaje iniciático?, ¿refleja la búsqueda de un lugar en el mundo?. Sé que no renuncian a la etiqueta de políticos, pero los dobles juegos de palabras y el simbolismo de la letra puede con mi inglés. Repito; poco importa. Como que el bajo de New Order se parezca tanto a New Order. Estoy seguro que con gallos incluídos, de los que parece que Alec Ounsworth se ha desecho en el último disco, este extraño e irresistible “The Skin Of My Yellow Country Teeth” seguirá sonando fresco décadas después.
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