Hockey es una banda estadounidense de Los Ángeles aunque actualmente residen en Portland. Es un ejemplo de lo que pudo haber sido y quién sabe si aún lo puede ser. Prácticamente antes de publicar su primer disco (“Mind Chaos”, 2009) la lluvia de críticas positivas los aupó a la posición de ser la bomba de finales de la década. Pocas veces se dijeron cosas tan rimbombantes de una banda. En cierta manera me recuerdan los hagalos recibidos por The Vaccines este año, aunque quizá los ingleses se los merecen más. “No te los pierdas ahora mientras aún tocan en salas pequeñas” (Time Out New York); “Acostúmbrate a esta banda, tienen para rato” (NME); “El grupo que proporcionará la banda sonora para el 2009” (Arena Magazine); “Estos desaliñados veganos que se mueven en bicicleta podrían fácilmente gustar a los fans de Dylan, Springsteen y de Hold Steady tanto como podrían hacer las delicias de los devotos de LCD Soundsystem” (The Guardian).
Vamos, que mezclan todos los palos de modo inteligente y divertido. Dance-rock, pop, folk, soul, funky, new wave… Hockey es el ejemplo típico de que las etiquetas no sirven cuando se le pueden aplicar a su estilo seis (o diez). Es la fusión en pos de un sonido original basado en cosas nada originales. A veces suenan a The Strokes, a veces a The Kooks… y cuando salieron ya había cierta efervescencia de bandas dance-rock, o como quieran llamarlo. En temazos como este “Wanna be Black” o “Learn To Lose” (escuchado hasta la saciedad en su momento como anuncio de una marca de cervezas) se reconocen todas las alabanzas, pero lo cierto es que no arrasaron como se esperaba y no han vuelto a hacer nada desde entonces (tampoco se los espera). ¿Otra eterna promesa? Qué más da… Carpe diem, que nos quiten lo bailado, valoro más lo que ya se ha hecho que lo que se supone que se iba a hacer. Si no vuelven a hacer nada tan grandioso como para lo que estaban destinados… pues volveré a escuchar “Wanna Be Black”, que aunque pegadiza, tiene un gran envejecer, porque no me canso de escucharla.
Por cierto, “Wanna Be Black” no hace ninguna referencia a querer ser negro, sino a vestir de negro y ser “cool”… siendo la letra una especie de recorrido por la identidad personal desde niño hasta joven adulto. Realmente se me hace muy difícil la traducción, a lo que se suma la precaución por la ironía que se suele gastar Hockey en sus letras.
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