Loquillo… Depende del día me parece una auténtica estrella, aún deslumbrante, de la historia del rock español; un ya viejo rockero que reparte dosis de actitud y va más allá en algo (que quizá deba llamarse épica) de lo que podría cualquier grupo nuevo español de esta década; o me parece un personaje decadente que se pasea por platós de televisión y plazas de pueblo cantando a los cuatro vientos de un modo resentido y autocomplaciente que “he sido el más grande y eso les jode a muchos”; alguien que con cada disco nuevo que hace, demuestra que está más acabado. Esta semana Loquillo (sin Los Trogloditas) ha sacado disco nuevo (“Su nombre era el de todas las mujeres”), musicando diez poemas de Luis Alberto de Cuenca. Y esta semana pienso que a sus 50 años, Loquillo, el mítico Loquillo, me aburre.
El disco ha recibido buenas y sobre todo malas críticas, pero para ser sinceros, a la mayor parte de los que un día, ya fuera en los 80, 90 o siglo XXI, Loquillo nos llegó a emocionar, nos parece un muermo. Evidentemente la idea base es buena, si con los Trogloditas Sabino Méndez inventaba letras tremendas, ahora con el poeta Luis Alberto de Cuenca podía salir algo interesante. Sonido clásico, “rock maduro” como lo llama el propio Loquillo, era lo esperado y quizá lo sea… pero a mí me parece lisa y llanamente malo. Y me rebelo contra mi propio gusto o contra la realidad. Loquillo me ha dado desde niño demasiados buenos momentos como para quedarme con ese mal gusto después de escuchar y escuchar su nuevo disco. Y he vuelto atrás. Desde “Pégate a mi” de su primer disco con los Trogloditas en 1983, hasta algunas perlas del siglo XXI, como este “Cuando fuimos los mejores”. Y desde luego después de volver a sentir he creído que si este blog es de la música del siglo XXI, Loquillo, por encima de buenos o malos discos que haga ahora, ha aportado grandes temas en este siglo.
Me podrá aburrir su disco último o divertir discos anteriores. Me podrá parecer un gran tipo o un mal personaje. Me podrá gustar lo que dice y admirarlo por decirlo, o parecerme un ignorante y tonto útil con focos delante. Un duro íntegro o un amargado. Pero nadie, absolutamente nadie, puede negar que es políticamente incorrecto, un rockero lleve chupa de cuero o traje que no deja indiferente y que es parte muy importante de la historia de la música de este país. Dejaron de figurar en la primera línea desde los años 90 pero Loquillo y los Trogloditas, aún sin Sabino Méndez, siguieron haciendo buen rock clásico y elegante. Canciones no ambiciosas en lo musical, muy alejadas de la revolución Indie del siglo XXI, pero sí que mucho más ambiciosas que los alternativos en el mensaje.
“Cuando fuimos los mejores” representa lo mejor del maduro Loquillo. Perteneciente a su corto pero gran disco “Cuero español” (2000). La letra es pura nostalgia y en vez de autobombo, creo que es una honesta reflexión acerca de la propia banda, cuando hacia 1989 tocaron en Barcelona en las fiestas del PSUC ante 120.000 personas (ojo, pagando). Una mirada dulce hacia una época en que la banda daba 130 conciertos al año, eran un fenómeno generacional, número uno de ventas, con todo el país cantando su “Cadillac Solitario”… y miembros de Los Trogloditas con problemas de adicciones, peleas internas y agotamiento vital. Pero también una mirada un tanto amarga, sobre todo porque habla en pasado y porque “dejamos de ser nosotros”. Ve el lado dulce de la victoria, sabiendo que no habrá otra victoria igual.
Pero es que “Cuando fuimos los mejores” puede ser la canción autobiográfica de cualquier banda, musical o no. De cualquier pandilla, cuadrilla, grupo de amigos que se precie de haber tenido sueños, sangre en las venas y recorrido por las noches de su ciudad natal. “Cuando fuimos los mejores” es la canción de cualquiera que haya llegado a cierta madurez sin saber muy bien por qué dejó de hacer lo que le gustaba. Sin saber muy bien por qué la vida adulta lo ha atrapado o lo ha convertido en… algo vulgar y amaestrado. Es el brindis triste por los buenos tiempos. Es el recuerdo de cuando se contaba con compañeros fieles para comerse la vida con espinas y todo. Cuando no había miedo a nada… y “mi juventud se suicidaba” . Esta canción es de sentido universal. Por eso ya es un himno.
Loquillo antes era el mejor, ahora es... en fin, un sicario de la SGAE
ResponderEliminarjo no se ni quien son los Loquilloss!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe mola el pop actualll!!!!!
Loquillo será un mierda, pero... en serio... ¿el pop actual? La musica de hoy en dia es una mierda. Es triste pero es la realidad. Hace más de una decada que la musica murió. ¿Lady Gaga? ¿Beyoncé? ¿Amaral? ¿La Oreja de Van Gogh? ¿Melendi? Esto ni es musica ni es nada, BASURA, todo son malas copias de grandes artistas del pasado. Hoy ya no hay musica. La musica es Queen, Nirvana, Beatles, Led Zeppelin, Dire Straits, R.E.M., The Police... lo de hoy no tiene nombre. Pop actual dice... XD
ResponderEliminarEstoy contigo.
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ResponderEliminarA mi personalmente me encanta esta canción, creo que es una de las mejores canciones de Loquillo sin lugar a duda. Por eso la hemos incluido en el recopilatorio de las 10 mejores canciones de Loquillo en AlmarBROS http://almarbros.com/las-diez-mejores-canciones-de-loquillo-nuestro-tributo-al-viejo-roquero/
ResponderEliminarUn saludo de vuestros colegas de Almar BROS
Loquillo una mierda????????? Loquillo tiene canciones muy buenas, y eso es de valorar ayer, hoy y siempre. Porque las canciones siempre estarán.
ResponderEliminarLoquillo es el ser más estúpidamente engreído que hay sobre la faz de la tierra. El otro día me invitaron a su concierto en Boadilla.... iba con pocas expectativas.... sé que ya no es el de los trogloditas, pero sinceramente me dio mucha pena. Las nuevas canciones son horrorosamente malas. Las va intercalando con las antiguas y es algo bochornoso. Las nuevas no las canta ni dios y las viejas, que le quedan ya por temática fatal, son coreadas como canciones de verbena. Loquillo, retírate por tu propio bien.
ResponderEliminarcuanta razón tienes, tío... Es lo malo de ir de rebelde salvapatrias, que te haces viejo y el discurso te queda ridículo. Una cosa es ser adolescente y otra, infantil... Y esto último es lo que le pasa al Sr. Sanz
Eliminarun himno generacional, incluso podría ser la letra de un pais que nos creiamos y nos contaban que eramos los mejores
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