“Madrid te ataca. Si no viviéramos en Madrid no haríamos esta música tan esquizofrénica”. Así explica Lüger el por qué su paranoia. Especialmente en este tema Lúger es una serie continua de explosiones de efectos, electricidad hasta el calambre, sintetizadores de otra época, psicodelia, tensión, ritmo de ataque al corazón; ritmo de carrera de un cocainómano doblemente pirado perseguido por la policía. Y como siempre, al menos para mí cuando se trata de space rock o rock psicodélico, noche, muucha noche. Madrid para los fuera es una mujer atractiva con mil encantos ocultos que deseas encontrar y disfrutar; Madrid para los de dentro puede ser una cárcel. Si la esquizofrenia de Lüger se explica por cómo perciben sus componentes esta ciudad, tengo que decir que soy un egoísta; quiero que Madrid les maltrate para que sigan así de locos.
“Dracula´s Chauffeur Wants More” es el tema casi instrumental que verdaderamente impresiona de su segundo disco (en dos años), que vio la luz en junio de este 2011 y que se llamó “Concrete Light”. Sin duda uno de los mejores discos del año para mí. “El chófer de Drácula quiere más”… joder, sólo el título del tema merece un Oscar. Los propios componentes de la banda afirman que sí, que su música es muy peliculera, y es que es fácil imaginarse al chófer de Drácula arreando los caballos de su carroza espídico para que el conde su señor se ponga tibio de sangre de Madrid. La psicodelia es lo que tiene, que te sugiere unas imágenes… “Señor… rumbo a la sangre fresca y tonta del Pachá… ¿o prefiere la sangre vieja pero noble de la calle Serrano?” Hay mil imágenes que sugiere el ritmo acelerado de este temazo. Sólo la introducción de percusión de minuto y medio predispone para algo violento. Y cuando una canción es capaz de excitar la imaginación hacia diferentes lugares, cuando una canción de más de seis minutos de ritmo machacón se te hace corta… eso significa necesariamente que esa canción es muy buena.
Desde luego la descarga de adrenalina de Lüger es para momentos predispuestos a la adrenalina. La tarde de domingo invernal lluvioso es terreno de Nacho Vegas igual que el viernes noche supervitaminado es terreno de Lüger. Por cierto, ¿y quiénes son estos? Unos tipos que si hubieran nacido en Manchester o Nueva York les hubiera ido mucho mejor sin duda en el mundo de la música. De su primer disco regalaron los 500 vinilos. En este su segundo ya los venden (cada día hay más romántico suelto con algún euro en el bolsillo), pero siguen regalando la descarga digital (y la voluntad, si se desea). El ácido no lo regalan, aunque no hace ni falta.
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